David Spence
Fotos
A inicios del siglo XX, el edificio sufrió una reforma donde se añadieron nuevos espacios y zonas verdes, con la intención de aumentar la escala de la macroestructura en las visiones lejanas. Dos décadas más tarde, el emblemático edificio se enfrenta a una más ambiciosa reforma.
En 2015, el estudio de arquitectura Chapman Taylor ganó el concurso para la reforma del inmueble, pero debido a diversos problemas y un cambio de dueño, hubo que esperar hasta el 2019 para que pudieran empezar las obras.
La intervención se centra en adecuar el icónico edificio a las demandas actuales del mercado, con la premisa de no desvirtuar la imagen primigenia del inmueble. Algunos de los cambios más reconocibles son las vidrieras de cada uno de los cubos, las nuevas terrazas y el atrio de la entrada principal.
Lo que no varía es el diseño original tan característico. No se toca en ningún caso ni la docena de cubos que arman el edificio ni las columnas de hormigón que los sostienen.
Se trata de un diseño fresco y dinámico, pero sin perder la esencia original.
Estudio de arquitectura Chapman Taylor
La reforma afectó a los 22.250 metros cuadrados del inmueble, que después de las obras se convirtieron en 19.250 de superficie hábiles para el alquiler, más otros 4.000 metros cuadrados repartidos en terrazas a dos alturas.
Fotografías: David Spence.
Fuente: Madrid Proyecta