David Spence
Fotos
A pesar de las pautas dibujadas sobre los planos, los lugares necesitan expresar su propio ser, surgir naturalmente, construirse a sí mismos. Y concretamente este lugar, alineado frente a la pausa verde, frente a la concatenación de espacios públicos que unen el antiguo Carabanchel con su bosque, a través del ensanche, por delante del solar sobre el que construimos. Como respuesta las viviendas se comprimen sobre el borde, una única pieza lineal, en una búsqueda de la razón principal del lugar, unas vistas y una orientación óptima donde este y oeste comparten el sur, generando el límite de la actividad, sosegando el interior y definiendo el exterior.
Atiende también esta situación a las condiciones cercanas, el entorno inmediato se beneficia de un elemento respetuoso con las edificaciones vecinas, a las que cede el sol, apartándose la construcción sobre un zócalo que mantiene sin embargo la alineación prefigurada en el plan. Este zócalo se convierte en elemento activo y activado. Activado por la propia edificación, que barre con su sombra una zona dura y define en su recorrido la frontera de una superficie con vegetación. Activo, pues además de convertirse en lugar de encuentro y juego, concentra el acceso a los diferentes portales y se relaciona con el garaje que se abre a él, proporcionándole ventilación e iluminación natural.
En paralelo surge el proyecto que responde a estas condiciones de lugar, las viviendas se proyectan por y para esta situación a partir de un núcleo invariable que tras una adición modulada completa las exigencias del programa. Este núcleo fijo se construye de vistas y sol, sus dos piezas principales, estar y dormitorio, se pegan al límite sureste y suroeste, del que se protegen con un filtro vibrante, relegando al plano posterior una franja húmeda y de servicios.
Tras este plano, y como nubes sobre el vacío, se produce la variación de este invariable al adicionar unas piezas que contienen el programa que forma las viviendas de dos y tres dormitorios.
El estricto orden se desordena matemáticamente y se proyecta variable y cambiante. Así las viviendas se convierten en máquinas de habitar, y se proyectan como tales, las superficies ajustadas, minimizando las zonas de transición entre estancias, ricas en sus relaciones internas. Pero también en las globales.
Su construcción responde a esta necesidad de optimización industrial, así la estabilidad del cuerpo principal se construye en hormigón a partir de un único molde de alta precisión. Mientras, las variaciones suceden gracias a los módulos ligeros en estructura metálica que constituyen los elementos de adición.
Este sistema industrializado facilita la puesta en obra, anula la aparición de escombros en el proceso constructivo, y acelera los plazos de ejecución.
Concurso. 1er Premio 2003-2007.
Premio Ecola Awards – European Conference of Leading Architects. Nominado.
Premio Enor 2009. Finalista.
Fuente: Ignacio Borrego